LA CONCIENCIA EMOCIONAL Y LA CONEXION CON NUESTROS HIJOS
FAMILIAS
3/28/20252 min read


¿Te cuesta conectar emocionalmente con tus hijos?
Si alguna vez has sentido que hay una barrera invisible entre tú y tus hijos, que no logras comprender del todo sus emociones o que tus intentos de acercamiento no dan los resultados esperados, no estás solo. La conexión emocional con los hijos es un desafío común en la crianza, y la clave para superarlo comienza con la conciencia emocional.
La importancia de la conciencia emocional
Los estudios muestran que para que los padres puedan sintonizar con las emociones de sus hijos, primero deben tener claridad sobre sus propias emociones. En otras palabras, es necesario ser emocionalmente conscientes.
Pero ¿Qué significa ser emocionalmente consciente?
Ser emocionalmente consciente implica:
Reconocer cuándo estás experimentando una emoción.
Identificar con precisión lo que sientes.
Ser sensible a las emociones en otras personas, especialmente en tus hijos.
Esta capacidad te permite interpretar correctamente lo que sucede en el mundo emocional de tu hijo y responder de una manera que fortalezca su bienestar y el vínculo entre ustedes.
Explora tu propio mundo emocional
Para evaluar tu grado de conciencia emocional, es fundamental que observes cómo te relacionas con tus propias emociones. Pregúntate:
¿Cómo manejo la ira o la tristeza en mi día a día?
¿Qué emociones me resultan incómodas o difíciles de aceptar?
¿Cómo reacciono cuando veo a alguien, especialmente a mi hijo, expresando una emoción intensa?
Comprender estas dinámicas en ti mismo te ayudará a entender por qué respondes de ciertas maneras ante las emociones de tus hijos. A veces, sin darnos cuenta, replicamos patrones emocionales heredados de nuestra infancia.
El impacto de tu historia familiar en la crianza
El modo en que aprendimos a gestionar nuestras emociones en la infancia influye en la forma en que hoy acompañamos a nuestros hijos en sus propias emociones. Reflexiona sobre tu familia de origen:
¿Cómo reaccionaban tus padres cuando te veían enojado/a, triste o asustado/a?
¿El enojo era aceptado o reprimido y castigado?
¿Se permitía la tristeza o se minimizaba con frases como "no llores, no es para tanto"?
¿Te sentías comprendido/a en tus miedos o te ridiculizaban por ellos?
¿En tu hogar se hablaba abiertamente de las emociones o era un tema evitado?
Estas preguntas pueden ayudarte a reconocer patrones heredados que quizá estés repitiendo sin darte cuenta. No se trata de culpar a nuestros padres, sino de ampliar nuestra comprensión y hacer consciente lo inconsciente.
¿Qué puedes hacer ahora?
Si al leer esto has sentido que algo dentro de ti se moviliza, es una buena señal. Significa que estás dispuesto/a a mirar más de cerca tu mundo emocional y el de tu familia. Te invito a seguir explorando:
Escribe sobre tus recuerdos y reflexiones.
Comparte estos pensamientos con tu pareja o una persona de confianza.
Graba notas de voz para registrar tus descubrimientos emocionales.
En los próximos posts, profundizaremos en estrategias prácticas para fortalecer la educación emocional en casa. Porque criar con conciencia emocional no solo beneficia a nuestros hijos, sino que nos transforma a nosotros mismos.
¿Qué te ha resonado más de este artículo? Me encantaría leerte en los comentarios.